Cuando la crítica que nos hacemos genera una exigencia excesiva acerca de lo que podemos y debemos hacer, se convierte en una crítica negativa hacia nosotros mismos que lleva consigo consecuencias tanto a corto como a largo plazo.
Hazte preguntas que pongan en duda las etiquetas que te impone tu voz crítica ¿Es cierto que soy un inútil porque algunas cosas de mi vida marchen mal? ¿Soy una persona que no merece cariño porque mi pareja me haya dejado? ¿Soy torpe porque no conseguí superar la prueba de acceso?
Si sientes que eres demasiado autoexigente contigo, y esto te afecta en tu vida diaria, puedes acudir a psicósymbol para saber gestionar tu autoexigencia.
Antes de pasar a los ejemplos de pensamientos negativos, conviene conocer algunas opciones que contribuyen a frenar el desarrollo de los mismos. Entre las técnicas que permiten escapar del peligroso entramado cerebral y reemplazarle por enfoques positivos, sobresalen:
Evitar juicios de valor: etiquetado como “malo” sólo se consigue perpetuar el círculo vicioso que mantiene en emociones o resultados indeseados.
El estilo de esta traducción aún no ha sido revisado por terceros. Si eres hispanohablante nativo y no has participado en esta traducción puedes colaborar revisando y adaptando el estilo de esta u otras traducciones ya acabadas.
Por tanto, la crítica nos ayuda a seguir esas reglas y valores y nos recuerda lo malos que somos cada vez que transgredimos las reglas o sentimos la tentación de hacerlo.
“La autoestima no es otra cosa que aquello que nos decimos a nosotros o los demás sobre nosotros mismos”
Algunas personas visualizan sus pensamientos como globos que se alejan flotando inmediatamente después de tenerlos. No tenemos que dar a click here cada pensamiento el mismo peso o dejar que defina cada situación futura.
Las voces establecen comparaciones entre usted y sus colegas. Esto despierta envidia y amargura, lo que pone a prueba sus relaciones.
A medida que crecemos adoptamos de forma inconsciente esos patrones y los convertimos en pensamientos negativos y destructivos hacia nosotros y también hacia los demás.
Tomar conciencia del diábrand interno que utilizamos y empezar a sustituir algunos mensajes aprendidos como ‘‘tengo que’’ o ‘‘debería’’ (Tengo que hacerlo bien, no puedo fallar…) por ‘‘yo quiero’’ o ‘‘yo elijo’’.
Y mediante el refuerzo o reforzamiento negativo se palía la necesidad de controlar sentimientos dolorosos:
Y ¿Sabes qué? Tengo una buena noticia que darte y es que hacer esto depende exclusivamente de ti